miércoles, 27 de abril de 2016

Beneficios de la actividad física regular en personas con Síndrome de Down

Los beneficios que una población con SD puede obtener con la actividad física no se han estudiado directamente, sino que se suelen deducir de los beneficios que se pueden encontrar en la población general. Además, en ciertos aspectos, puede llegar a haber controversia por los resultados de otras investigaciones.

  1. Aparato Respiratorio: Los individuos con SD pueden tener un efecto positivo de la actividad física frente al aparato respiratorio, ya que debido a sus especial anatomía, el trabajo respiratorio suele ser deficiente. Por tanto, al practicar deporte, estas personas presentarían una mejoría del trabajo respiratorio.
  2. Aparato Locomotor: Hay una mejoría de los niveles de fuerza después de un programa de entrenamiento. Por tanto, es un factor positivo añadido de cara al mundo laboral. Al igual que en población general, podría haber un retraso en la aparición de osteoporosis gracias a la actividad física, así como menores efectos de la artrosis. En cambio, se debe destacar que en la población con SD no se va a buscar un aumento de la movilidad articular cuando existe una hiperlaxitud, sino que lo que se pretende es realizar un aumento del trabajo muscular para reforzar las articulaciones, mejorar la postura del individuo y evitar la hipermovilidad articular, frenando la hipotonía muscular propia del SD.
  3. Metabolismo: Si tuviésemos en cuenta la respuesta del organismo frente al metabolismo lipídico en la población general, se deduce que existiría una mejoría de este metabolismo, así como sobre control del sobrepeso, siendo beneficioso también en caso de diabetes y de hiperuricemia. Pero a la vista de las cifras del perfil lipídico que las personas con SD presentan, se aprecia una incongruencia, ya que su perfil lipídico es totalmente opuesto al que coincide con un alto riesgo cardiovascular. Es más, estudios sobre la prevalencia de enfermedades arterioscleróticas, afirman que el riesgo de enfermedad coronaria no puede ser explicada por el perfil lipídico en personas con SD.
  4. Psicosocial: Desde el punto de vista psicológico, los efectos del ejercicio físico en la mejora del concepto de sí mismos y en las conductas asociadas a la inteligencia en las personas con DP son esperanzadores. Aunque parece ser que estos niveles son algo más que la mejoría del nivel de fitness, existen pocas investigaciones al respecto. Cabe destacar los amplios efectos a nivel de salud mental, sobre todo en cuanto a la autoestima, la sociabilidad y el mundo laboral. También es evidente un desarrollo de procesos cognitivos a partir y a través de la práctica deportiva. Por tanto, con la práctica de ejercicio físico, es posible obtener los siguientes logros:
  • Mejorar el estado general de salud física y psíquica.
  • Iniciarse en la práctica deportiva y aprender a practicar actividad física individualmente o en equipo.
  • Experimentar una deceleración en el ritmo de vida frente a las exigencias de la competividad.
  • Disminuir y canalizar la agresividad verbal y física.
  • Aplicar los conocimientos y habilidades motrices durante la práctica de actividad física.
  • Desarrollar la memoria motriz.
  • Aprender a reflexionar y a programar las respuestas antes de actuar.
  • Organizar el tiempo de cada actividad en concreto.
  • Desarrollar o mejorar el autocontrol y frenar la impulsividad.
  • Potenciar el grado de socialización, mejorando la relación con los demás.
  • Respetar las opiniones de los demás y asumir las decisiones tomadas por la mayoría.
  • Aumentar el grado de autoestima.
  • Aprender a cuidar las herramientas y materiales que se utilicen en las actividades, repetando el entorno de práctica deportiva.
  • Aprender a cuidar la integridad y salud de sus compañeros de práctica deportiva.
  • Adquirir hábitos: higiénicos, dietéticos, de orden, de respeto a normas, de respeto a los demás, de convivencia y de diálogo. 

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